Tanta paz lleves como descanso dejas
Luego de pasar casi 15 años destruyendo la economía venezolana y coartándole el futuro a una generación completa, se ha marchado el “maestro” del finado. Se marcha por la puerta de atrás, con un pataleo en Aporrea y con total seguridad alguna lagrimita. Según él se va con la conciencia tranquila, como solo la puede tener quien carece de toda capacidad para evaluar sus acciones; como solo la puede tener quien justifica todos sus actos y miserias en base a un ideal por estúpido que sea. Se marcha el hombre, su daño queda.
Duró mucho, duró demasiado. Nadie como él ha dirigido la política económica de Venezuela tantos años. Ningún ministro recibió durante todos esos años ingresos tan cuantiosos. Al final deja una economía postrada, una inflación por las nubes y otra que aún no se ha manifestado, un desastre cambiario, un déficit fiscal astronómico, un Estado sobredimensionado lleno de empresas improductivas, y un pare usted de contar en cualquier ámbito económico. Lo peor es que se va creyendo que se la comió, creyendo de verdad que logró algo.
El modelo de planificación central fracasó una vez más. En todos lados donde ha sido implementado ha traído ruina y miseria sin importar si ha sido impuesto por la fuerza de la violencia o como en este caso, por la fuerza de la renta petrolera. Sin lugar a dudas Giordani pasará a la historia como él quiere, eso sí, a una parte muy específica de ésta que algunos llaman basurero. Allí encontrará a muchos de sus compañeros de lucha, quizás si tenemos suerte, consiga a su comandante también.
La salida de Giordani es la mejor noticia en muchos años para el sector privado nacional. El principal responsable de la campaña de acoso y derribo del sector productivo nacional ha claudicado. Si bien esto no quiere decir que todavía no existan grandes fuerzas dentro del Gobierno hostiles al capital privado, su principal exponente ya no está. Giordani puso rodilla en tierra, en este caso las dos y perdió su quimérica lucha contra aquellos dentro del Gobierno que pretenden parapetar lo que existe para seguirle dando palo a una piñata a la que cada vez le van quedando menos caramelos.
La salida de Giordani es una buena noticia. Su ausencia debilita dentro del Gobierno el ala más recalcitrante y menos proclive a hacer los ajustes en materia económica necesarios. Ahora, la salida de Giordani no es garantía de que la política económica del Gobierno comience a ser más sensata. Giordani era solo parte del problema, la otra parte es la gran cantidad de militares en altos cargos cuya compresión en materia económica es aún peor, si cabe, que la de Giordani. Los retos que tiene la economía venezolana por delante son inmensos. El ajuste económico necesario para comenzar a enderezar el entuerto es mucho mayor que en 1989 a pesar de que en el ámbito externo las cosas sean más favorables. El tiempo sigue corriendo y dentro del Gobierno no parece haber ni un liderazgo claro, ni mucho menos una comprensión profunda de la situación actual. Estará por verse en materia económica quien será quien termine quedándose con las riendas, al parecer todo apunta a Ramírez. Giordani perdió, pero con él perdimos todos.
Francisco Ibarra Bravo
Director de @Econometrica
