Jugando con fuego
|El pasado viernes fue colgado en Project Syndicate un articulo firmado por Ricardo Hausmann y Miguel Ángel Santos (http://ow.ly/Bjc5X). El artículo ha causado un gran revuelo porque toca un tema fundamental para el país: los pagos de deuda en dólares que tiene que hacer tanto la República como PDVSA en el mes de octubre. Siempre se agradece llamar la atención sobre estos importantes temas, aunque quizás no fue la mejor manera de hacerlo.
En primer lugar algunos números. Entre la República y PDVSA deberán pagar en el mes de octubre US$ 5.321 millones, de los cuales US$ 4.500 millones son capital y US$ 821 millones son intereses. Está claro que el Gobierno, y cuando decimos Gobierno incluimos a PDVSA ya que no conserva ninguna independencia del Ejecutivo, tendrá que hacer un importante esfuerzo para honrar esos compromisos. Para nadie es un secreto que ese dinero podría ser empleado para atender otras necesidades. Ahora, plantear el debate de pagar la deuda en un plano moral es enormemente peligroso, especialmente en el tono del artículo. Básicamente el razonamiento es que lo correcto es cesar pagos para compartir el ajuste con los ricos prestamistas, algunos de ellos “muy bien conectados”.
La realidad es que el país podría perfectamente honrar todos sus compromisos; claro, eso requeriría una política sensata, dejar los regalitos y quizás apoyo del FMI. Es realmente triste las penurias que atraviesan los venezolanos no solo para acceder a medicinas sino a alimentos. Este Gobierno ha representado una ruina económica y moral para el país. En eso no podemos estar más de acuerdo. Ahora, plantear el debate sobre si lo prudente es cancelar la deuda o no en un plano moral solo lleva la discusión al plano donde el Gobierno se siente cómodo y se le sirve en bandeja la posibilidad de que termine de destruir de las pocas cosas que aún le queda por destruir como es el crédito de la nación. El extravío en estos años ha sido tal, que incluso mentes sofisticadas confunden Estado y Gobierno. El Gobierno en su hipotética decisión “moral” de cesar pagos estaría destruyendo el crédito de la nación, no del Gobierno que no tiene ninguno. Si creen que hacerlo le sale barato a los ciudadanos que le pregunten a los argentinos.
Estoy seguro que tanto Hausmann como Santos estarían de acuerdo que lo inmoral fue haber endeudado a la nación y su principal industria de la forma en que lo hicieron en todos estos años. A diferencia de ellos no comulgo con la tesis de que los venezolanos somos víctimas del Gobierno, hemos sido su cómplice refrendando una y otra vez en procesos electorales una política económica ruinosa. La última de esas vergüenzas en diciembre del año pasado. Cesar el pago de la deuda equivale a creer que el que pide para rumbear si luego no le alcanzan los reales para comer no debe pagar y que además es lo moralmente correcto. Esta peligrosa conclusión no ayuda a esclarecer nuestras miserias y sigue colocando a los ciudadanos como víctimas de un Gobierno que ha sido respaldado por la mayoría. Claro que hay víctimas pero como colectivo el venezolano no es de ninguna forma victima del Gobierno que se ha dado.
Para aquellos que hemos leído los trabajos de Hausmann, como la tesis del “Pecado Original” junto con Eichengreen y Panizza o el “autodescubrimiento” con Dani Rodrik, nos ha resultado sorprendente el mencionado artículo y sobretodo el desliz de dejar sobre la mesa los argumentos para que un Gobierno, que no necesita muchos, termine de destruir el crédito de la nación. Estamos jugando con fuego y llevamos 15 años quemándonos.
Francisco Ibarra Bravo
Director de @Econometrica