Gobierno se articula con el PSUV en planes sociales como los CLAP
|…Algunas de las estructuras que el Ejecutivo ha creado en el último año como políticas de Estado terminan en el radar de acción del partido oficialista.
Entre la gestión del Gobierno venezolano y los planes de acción del Partido Socialista Unido de Venezuela hay una delgada línea que en muchas ocasiones se desdibuja. Gobierno y partido van de la mano, ejecutando una programación estratégica donde no sólo se atienden los problemas de la nación, sino que se tienden puentes para la permanencia del chavismo en el poder.
Nicolás Maduro, Presidente de la República, pero igualmente máximo líder del PSUV, anunció que entre el 20 de febrero y el 19 de abril de 2017 tendrá lugar un arduo proceso de revisión interna del partido que conducirá a su reestructuración, con la cual la organización espera ganar presencia regional y una mayor conexión con las comunidades.
Pero este proceso propio de una acción partidista, cuyo propósito último es aumentar su afiliación con la gente con fines de garantizarse una mayoría que le dé sostenibilidad en el poder, se entreteje cuidadosamente con los planes que desarrolla el Ejecutivo nacional, en los cuales el PSUV se convierte en hilo conductor y en pieza clave del engranaje Gobierno-pueblo.
El plan del PSUV de “Reorganización para profundizar la ofensiva revolucionaria”, que contiene las líneas maestras del proceso de revisión del partido, muestra la articulación que se adelanta con el Gobierno con fines políticos, haciendo de los planes nacionales estratégicos una vía de conexión partidista.
Así, se señala que “el PSUV tiene el deber de involucrarse en la nueva fase del Gobierno de Calle que, como es sabido, implica la permanencia de las instituciones y funcionarios del gobierno en el territorio construyendo con el Poder Popular la Agenda Concreta de Acción (ACA) y el Plan de la Patria Comunal sobre la base del principio formulado por el Comandante Hugo Chávez de que el Partido y el gobierno son dos brazos de un mismo cuerpo que es el pueblo”.
En este sentido, se explica que el Gobierno de Calle, que Maduro denominó “el gobierno de calle de las catacumbas del pueblo”, busca la “reconexión del liderazgo del gobierno (y de la vanguardia revolucionaria en general) con el pueblo, la recuperación de las raíces de la construcción del Movimiento Bolivariano y del Chavismo”.
Como parte de este plan se describen las importantes funciones que cumplen algunas estructuras creadas por el Gobierno como son los Comité Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), los Consejos Productivos de Trabajadores (CPT) y el llamado Carnet de la Patria, junto con la Gran Misión Abastecimiento Soberano (GMAS).
Todas estas figuras han sido activadas por el Ejecutivo y han alcanzado un peso importante dentro de la dinámica nacional, no sólo por los recursos económicos que reciben sino también por el respaldo de las decisiones que el Gobierno dicta a su favor dándoles un peso legal significativo, que influye incluso en la forma como operan los distintos actores económicos del país. No hay que olvidar que, por ejemplo, las industrias de alimentos, productos de higiene personal y aseo del hogar, están obligadas a canalizar la mitad de lo que producen a los CLAP.
El PSUV detalla en sus documentos internos que se debe “politizar la gestión de los CLAP”, creados hace un año y que en marzo de 2017 se aspira a que atiendan seis millones de familias venezolanas. En los CLAP, “aparte del Estado Mayor de cada uno, son sumamente importantes los jefes de comunidad y los jefes de calle, quienes tienen que ser personas altamente politizadas para que lleven en la visita casa por casa el mensaje de la revolución a los jefes de familia, aparte del módulo de los alimentos”.
Se explica en detalle que “el PSUV lucha por construir saldos organizados desde los nuevos liderazgos que vienen surgiendo en ellos (en los CLAP), que en su mayoría son mujeres, cabezas de hogar, que se sumaron a través de los CLAP, para elevar sus niveles de conciencia revolucionaria socialista para seguir avanzando en la defensa y consolidación de la revolución”.
Otro objetivo planteado es la activación “de la capacidad de movilización de ese nuevo Poder Popular territorializado”, para lo cual son fundamentales las estructuras organizativas de base sociales. En este caso el partido oficialista se refiere “a los consejos comunales, las comunas y los Consejos Productivos de Trabajadores, entre otras, desarrollando la democracia participativa y protagónica en lo concreto, la democracia socialista bolivariana en cada territorio, como un proceso cotidiano que permite construir y ejecutar colectivamente las políticas y planes para transformar la realidad”.
La idea del PSUV, con sus estructuras de base, es ponerse al frente de ese proceso de “construcción política, económica, cultural y social del Poder Popular en cada territorio. El PSUV se articula con las bases del pueblo donde ellas están: en el barrio o urbanización, en el liceo, en la universidad, en la organización juvenil, en el grupo de teatro, en el consejo comunal o en la comuna”.
Dentro del programa diseñado, que tiene fases de corto, mediano y largo plazo -con veinte años de planificación-, el Carnet de la Patria juega un papel preponderante. “El objetivo del Carnet de la Patria es fundamentalmente político”, pues según se detalla dará lugar a “un mapa que nos permita consolidar el saldo organizado construido por la Revolución Bolivariana en estos 18 años y visibilizar el nuevo y emergente liderazgo popular y revolucionario”.
Esto enciende alarmas, especialmente cuando el Presidente Maduro ya comienza a vincular el disfrute de beneficios sociales al registro del carnet, algo que se extiende desde las Misiones hasta las pensiones, tocando a sectores clave como salud y educación, con afirmaciones como “todo el sistema de salud pública debe insertarse en el Carnet de la Patria”.
Unidad Periodística de Econométrica