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Qué nos dice SICAD II hasta ahora

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La tasa de SICAD II y el sistema como tal, estaban destinados a ser noticia, y después de su primer día de operaciones algo atropelladas, buena parte del país está hablando sobre el tema. La polarización y la emocionalidad nublan el análisis, y el tema cambiario no escapa a esta realidad. Pero pasemos a revisar algunas cosas.

En primer lugar la manera de mostrar la devaluación ocurrida. Algunos medios se refieren al ajuste como una devaluación de 722% con respecto a 6,3 Bs/$, o de 380% si se compara con la última tasa de SICAD I, 10,8 Bs/$. Otros medios, sobre todo los internacionales, hacen referencia a la devaluación desde el punto de vista de pérdida de compra del Bs frente al dólar, en ese caso el porcentaje de devaluación sería de 88% respecto a 6,3 Bs/$ (Bs 630 compran $100 a 6,3 Bs/$  y apenas $12 a 51,8 Bs/$), y de 79% frente a los 10,8 Bs/$ de SICAD I.

Segundo, algunos economistas y personas cercanas al gobierno dicen que no es una devaluación. Acá cabe citar el concepto que nos ofrece el libro de Macroeconomía de Dornbusch, Fischer y Startz:

“Existe una devaluación cuando las autoridades oficiales suben el precio de las monedas extranjeras en un sistema de cambio fijos”

El argumento citado por ellos tiene que ver con una supuesta revaluación frente al mercado negro, el cual estaba cerca de los 90 Bs/$ hace unas semanas atrás. Bueno, hasta ese argumento es rebatible cuando realizamos el estimado de promedio anual de lo que fue el mercado negro en 2013, el cual estuvo alrededor de 35 Bs/$. La realidad es que el tipo de cambio promedio de la economía será mayor en 2014 frente a 2013, y SICAD II pondrá su granito de arena para que esto sea así.

Tercero, un aspecto clave es estimar el impacto de esta devaluación, y por los momentos es imposible tener algo preciso, porque dependerá de la cantidad de importaciones que terminen trayéndose por esta vía. En primer momento el efecto en la inflación sería limitado, ya que los productos que inicialmente podrían terminar en este sistema son aquellos que se traían a dólar paralelo. El impacto vendrá más a mediano plazo cuando comience la migración a SICAD II de rubros que tienen hoy tasas de CADIVI-CENCOEX y SICAD I. Hay otro impacto que está latente y tiene que ver con los dividendos por repatriar de empresas transnacionales, los cuales podrían verse duramente golpeados si son estimados a tasas SICAD II, lo que probablemente conlleve a que estas empresas se replanteen nuevas estrategias para el envío de divisas a sus casas matrices.

En cuarto lugar, el reconocimiento oficial de un tipo de cambio significativamente superior al de CENCOEX y SICAD I, implica que dichas tasas son insostenibles y que le urge a la economía no solo el reconocimiento de un tipo de cambio más acorde con nuestra realidad, sino el desmontaje del mismo control. Ya en 1984 tuvimos un régimen de 4 tasas de cambio y los resultados no fueron los mejores. No tengo muchas esperanzas de que el actual esquema se mantenga por mucho tiempo.

Quinto, el tipo de cambio que rige a las importaciones de la economía no es el de SICAD II, ni CENCOEX, ni SICAD I, el que realmente rige a la economía es un promedio ponderado de lo que se traiga por el sector público, y por el sector privado según el mecanismo utilizado para obtener las divisas. Ese tipo de cambio podría estar hoy cerca de los 13-15 Bs/$, que por cierto está muy cerca del tipo de cambio real estimado de manera teórica. Si queremos realmente estimar el salario mínimo en dólares tomando en cuenta el poder de compra de éste, entonces 15 Bs/$ puede ser el tipo de cambio a utilizar el día de hoy. Dentro de un mes o dentro de un año será otra cosa. Eso sí, si una persona que gana salario mínimo quisiese cambiar todo su salario en dólares para ahorrar, entonces le darían apenas $70.

En último lugar, SICAD II es un paso en la dirección correcta, pero es apenas eso, un paso de un largo camino que debemos recorrer. Ese camino nos tiene que llevar a un nuevo modelo económico, que no esté enfocado en la distribución de renta bajo una excesiva planificación central y con enormes desórdenes monetarios y fiscales, sino más bien uno enfocado en la producción, al apoyo del pequeño y mediano empresario, con más elementos de mercado y con una mayor disciplina fiscal y monetaria. Claro, todo esto debe estar acompañado por un rearreglo institucional producto de un gran acuerdo nacional. Como ven, nos falta bastante pero debemos reclamar como sociedad que transitemos por esa vía lo más pronto posible.

 Henkel García

Analista e Instructor en Finanzas

Presidente de Visión de Inversión

Director de @Econometrica

@HenkelGarcia