Medidas de ajustes no implican un cambio de rumbo
|Comienza 2014 y lo que se esperada lamentablemente se dio. Inflación acelerada, escasez desbordada y estancamiento económico marcan la pauta en el primer mes del año. A pesar del trillado discurso de la “Guerra Económica”, el gobierno se verá obligado a tomar medidas de ajustes para aliviar en cierta medida los desbalances y distorsiones, los cuales son producto de un modelo económico que ya presenta claros signos de fracaso.
Entre esas medidas de ajustes está el reacomodo del esquema cambiario. En los próximos días, o quizás en las próximas horas, seguro veremos medidas al respecto. Dentro de esas decisiones está la tan temida devaluación, ajuste en el tipo de cambio que luce necesario ya que la tasa de 6,3 es totalmente irreal, y además es imposible de sostener. Otras medidas probables serían la implementación de cambios en materia impositiva, algún recorte leve del ritmo del gasto público y también el aumento en las tarifas de los servicios públicos y la gasolina. Hay dos características relevantes de este paquete de medidas: uno, éstas tendrán un impacto directo en el bolsillo de los venezolanos; dos, son simplemente medidas de ajustes que están lejos de atacar los problemas que causaron los inmensos desbalances y distorsiones.
Como he mencionado en otras oportunidades, el problema de fondo de Venezuela es de modelo económico e institucional, y mientras no veamos cambios significativos en esos ámbitos, estaremos destinados al fracaso, no importa quiénes dirijan al país.
El modelo actual es de reparto de renta, de consumo y específicamente consumo de bienes y servicios importados; además es un modelo que funciona a base de la escasez como herramienta de control social y enmarcado en una dinámica de excesiva planificación central. Dicho modelo pudo sostenerse mientras había renta petrolera creciente, condición que desapareció en los últimos dos años, ya que el precio del petróleo dejó de crecer, se estancó. Hoy el modelo queda desnudo, su fragilidad queda expuesta y sus consecuencias las sufrimos todos.
Por otro lado Venezuela no cuenta con instituciones sólidas que puedan mantener a un gobierno todopoderoso en cintura. Peor aún, las instituciones juegan un rol fundamental para que ciertas élites puedan entronizarse en el poder y además extraer la riqueza de toda una nación. El ciudadano se encuentra totalmente indefenso, sin mayores libertades y a la espera de que un Estado lance las migajas de renta que tuviese a bien repartir. El control de cambio y los cupos (subsidiados) de CADIVI pueden servir como un buen ejemplo.
Como pueden ver ninguno de los cambios expuestos están planteados. Y no están en la agenda ni del gobierno, pero tampoco de la oposición. He allí nuestro drama. Sí, en los próximos meses se tomarán medidas que aliviarán levemente nuestra caótica situación, pero con ellas sólo se comprará tiempo y no tendremos que esperar mucho para que las raíces del problema hagan su trabajo y nuevamente broten las distorsiones y los desbalances.
De este lado sólo nos queda respirar profundo y prepararnos para un año que va a ser muy duro. Eso sí, no me cansaré de resaltar la importancia de la opinión pública. No debemos perder el foco y debatir sobre estos temas en las ocasiones que podamos.
Henkel García
Analista e Instructor en Finanzas.
Presidente de Visión de Inversión
Director de @Econometrica
Maestría Administración, mención en Finanzas UNIMET
Twitter: @HenkelGarcia