En una dinámica muy parecida al segundo video que iba a sacar la oposición sobre Mario Silva, los funcionarios del gobierno nos dicen que la segunda subasta del SICAD está por llegar. No pasa una sola semana donde algún funcionario público, desde el Presidente hasta personas sin ningún tipo de credibilidad y poder, como Armando León, nos digan que ya lo van a reactivar. Llevamos meses en esta dinámica y todavía no se ha tomado medida alguna. Lo más destacado en materia económica en las últimas semanas es la reflotación de Samán. Muy activo desde entonces; hoy cargó contra la ley de oferta y demanda, mañana contra la de gravedad.

Es difícil comprender las razones por las cuales el gobierno ha optado por correr la arruga en materia cambiaria cuando esto solo agravará los problemas y el gobierno recién está comenzando. Lo lógico sería que abordase el problema a fondo para tratar de resolverlo. No estamos hablando de ajustar de un solo golpe la economía, pero si de comenzar a hacerlo. Hasta ahora las medidas adoptadas son mucho ruido y pocas nueces. El gobierno tiene que entender que enmudecer a Giordani, poner a sonreír a Merentes, hacer circo con Samán y pedirle a Armando León que de declaraciones, no constituye un ajuste económico. Los consumidores venezolanos no viven de declaraciones y en algún momento terminarán de reaccionar.

Son dos las explicaciones que se han dado a la inacción del gobierno en materia cambiaria. La primera es bastante sencilla: no hay dólares. Hay algo de verdad en este planteamiento, sobretodo en el tema de las reservas operativas del BCV. Hace algún tiempo expusimos, que dado el nivel de reservas operativas del BCV, una modificación en la oferta de dólares tendría que necesariamente involucrar a PDVSA. La realidad es que lo que estamos viendo es el llegadero de lo que comenzó con las utilidades cambiarias y el famoso millardito. Al final de ese camino lo que queda es un BCV sin ninguna capacidad de acción.  Pese a ello la ausencia de divisas no es explicación suficiente para la inacción que estamos viendo. Después de todo, podrían ajustar nuevamente el tipo de cambio oficial, cosa que tendrán que hacer nuevamente en 2014. La Segunda explicación es que existen dentro del gobierno discrepancias enormes sobre como resolver la situación. La debilidad política de Maduro le impide poder arbitrar entre las diferentes visiones. El resultado es que Maduro se desentiende viajando, los que deberían estar tomando decisiones se esconden y nos quedamos atentos a las declaraciones de funcionarios de tercera categoría. Claramente es una situación insostenible a mediano plazo.

Probablemente ambas explicaciones tengan relevancia e incluso se complementen. Hasta ahora, ante la restricción de divisas,  se ha impuesto el ajuste a lo Giordani que no es otra cosa que meterle un frenazo a la economía y con ello contraer las importaciones, además de arreciar los controles. Las otras dos ocasiones en las que Giordani ha tenido que frenar en seco la economía lo hizo sin que se le aguara el ojo. A él le encanta un submarino. El problema es que esta vez los desequilibrios acumulados son demasiados y el ajuste a lo Giordani requeriría una contracción brutal de la economía. Es muy posible que el sentido común se termine imponiendo y que el SICAD reaparezca de alguna forma para permitir una devaluación mayor del bolívar. Hace rato se acabó la fiesta, el problema es que correr a los borrachos se nos ha hecho muy cuesta arriba.

Francisco Ibarra Bravo

@franibar10