El billete de Bs.100, símbolo de la incapacidad
|Domingo, 11 de diciembre de 2016. Época decembrina triste para los venezolanos. Una economía en pleno desplome, productos escasos, inflación cercana al 700% ya lo hacían con el peor diciembre en más de un siglo. Parecía que era imposible estar peor, pero no. Sí fue posible.
Ese día lo recuerdo claramente. Era la reunión de fin de año del trabajo de mi esposa. Mientras nos preparábamos oía al fondo a Nicolás Maduro. Hablaba sobre unas mafias en Cúcuta que acumulaban billetes de Bs.100 y que por esa razón decidía sacar de circulación el billete de Bs.100. Incrédulo, y mientras mi esposa me apuraba para llegar a tiempo a la reunión, empecé a esbozar las terribles consecuencias que dicha medida podría. Lo que se nos venía no pintaba nada bien.
Desde octubre de 2016 realizaba un seguimiento minucioso a la cantidad de efectivo. De hecho, en un informe entregado a nuestros clientes, los alertamos de la posible escasez de efectivo que podría ocurrir a final de año. En un informe publicado el 27 de octubre concluíamos:
“En el pasado hablamos de la preocupante caída de la liquidez monetaria real. En esta ocasión lo hacemos con el componente Monedas y billetes, cuyo descenso es aún más pronunciado que el de la misma liquidez. Esto ha llevado a que el peso de dicho componente sea ahora menor, al pasar de un promedio de 10% de toda la liquidez a un 7,9% en las últimas semanas y con tendencia clara a seguir disminuyendo.”
El gobierno no pudo mantener el ritmo de impresión de billetes respecto a la inflación, pero tampoco frente a la liquidez monetaria. La escasez de efectivo antecedió por meses la crisis de 2016, y en buena parte del año las molestias eran comunes al momento de sacar plata de los cajeros automáticos o para cobrar cheques por taquilla. Unos días antes de la medida de invalidar los billetes, los mismos pensionados tenían límites de retiro de sus respectivas cuentas bancarias. Una medida como la planteaba agravaría dicha escasez, más aún cuando se sabía que cerca del 77% del efectivo en circulación provenía de los billetes Bs.100, prácticamente todos los pagos se hacían a través de ese billete.
Para describir mejor el contexto hay que agregar que esa medida sería devastadora para todos aquellos que trabajasen en la economía informal o dependieran del efectivo como forma de ingreso. Dada la imposibilidad de introducir la nueva familia de billetes en apenas tres días, el caos estaba garantizado.
Desde el 12 de diciembre comenzaron a verse largas colas en los bancos para depositar los billetes, la actividad económica tuvo un duro golpe porque los comercios y otras empresas dejaron de recibir, en el mejor mes de ventas del año, dichos billetes. El desespero de las personas que temían por su fuente de ingreso y por la pérdida de poder de compra de los billetes acumulados, empezó a escalar en modo de pánico. El Estado Bolívar fue el de mayor conmoción. Saqueos, múltiples hechos de violencia y asesinatos fue el triste saldo dejado por la medida. El caos se extendió de tal forma que el gobernador Rangel Gómez trató de apaciguar a la población desesperada al anunciar que los comerciantes podían recibir los billetes de 100 bolívares e iban a garantizar que llegasen al BCV, desconociendo abiertamente una medida del gobierno central.
Todo apuntaba a que el jueves 15 de diciembre, en medio de un momento de lucidez y sensatez, el gobierno echaría para atrás la medida y Nicolás Maduro no lo hizo, sino todo lo contrario, más bien acortó el tiempo de recepción de billetes por parte del BCV.
Finalmente, el sábado 17 de diciembre, después del caos, el pánico, la desesperación de muchos, el ejecutivo decide prorrogar la vida del billete de Bs.100.
Pero cabe la pregunta ¿Qué motivó una medida que luce como completamente desquiciada? La respuesta no es tan rebuscada: incapacidad. No en ese momento, sino una pasada y prolongada en el tiempo.
Después de mentirles a los venezolanos acerca de mafias que acumulaban billetes, y aviones retrasados por instancias imperiales, Maduro dejó entrever algunas verdades. Para mí una clave está en la siguiente frase: Teníamos en bóveda (del BCV) billetes de 100 solo para tres días.
Fuente: Econométrica con datos de BCV.
Dada la escasez de efectivo el público en general no lo depositaba de vuelta, sino que lo dejaba en casa o en sus carteras. No tenía sentido llevarlo de vuelta al banco porque volver a conseguirlo era una tarea muy difícil. Lo escaso se volvió aún más escaso. En esa dinámica los bancos se estaban quedando sin efectivo (ver en el gráfico el nivel unos días antes del anuncio de la medida) y el banco central no tenía capacidad de enviar remesas de efectivo. El escenario que enfrentaba el gobierno era que los pensionados, o cualquier persona, fuesen a una entidad bancaria a sacar efectivo, y esta no tuviese nada que entregar. El caos en ese escenario también hubiese sido dantesco y además prolongado en el tiempo hasta que los nuevos billetes llegaran. El gobierno también sabía que los billetes arribarían unos meses después porque no se mandaron a hacer (no se sabe bien por qué razón) a tiempo. Entonces no les quedaba otra sino simular una invalidación del billete de mayor circulación para que la gente se asustara y los llevase de vuelta al sistema bancario. Con ello compraban algo de tiempo hasta que los billetes llegaran de manera lenta y progresiva como ha ocurrido hasta ahora.
Fuente: Econométrica con datos de BCV.
Todavía falta para tener normalidad en la tenencia de efectivo por parte del público. La relación con respecto a la liquidez monetaria todavía está en 7,5% y notaremos alguna mejora cuanto esta llegue hasta 10%. El gobierno ya anunció la séptima prórroga, esta vez por dos meses, por lo que el billete de Bs.100 tendrá validez hasta el 20 de julio de 2017. Pero como deben intuir, es muy probable que, a pesar de la llegada de los nuevos billetes, la vida del polémico billete se extienda un poco más.
El origen de la crisis de efectivo no estuvo en lo acontecido en diciembre de 2016. Se debe a la incapacidad del ejecutivo y del Banco Central al no emitir nuevos billetes de manera progresiva años atrás. La crisis resultante de esa incapacidad les explotó literalmente en la cara, con consecuencias desastrosas para el ciudadano venezolano.
Henkel García Uzcátegui
Analista e Instructor en Finanzas.
Presidente de Visión de Inversión
Director de @Econometrica IE C.A.
Maestría Administración, mención en Finanzas UNIMET
Twitter: @HenkelGarcia