Según algunos datos filtrados de las cifras de crecimiento económico del 1er trimestre de 2013, éste habría crecido entre 0,5% y 1,5% con respecto al mismo trimestre de 2012. Esto representa un desaceleramiento importante, ya que el último trimestre crecimos a una tasa de 5,5%.

Es fácil intuir que gran parte de las actividades estarían decreciendo, hecho que corrobora lo que vivimos y percibimos día a día, tanto en nuestros trabajos como en los establecimientos a los que nos toca ir para realizar las distintas compras mensuales. Nuestra economía está pasmada y estos números lo reafirman.

El cortocircuito cambiario, rígida política de controles de precios, incertidumbre política, desconfianza, alto riesgo jurídico, y sobre todo el estancamiento de los precios del petróleo que desnuda la inoperancia de un modelo enfocado en el consumo ilusorio de producto importado, son las causas que veo de la actual coyuntura económica.

De corazón quisiera ser optimista en el corto plazo, pero lamentablemente no puedo. Los desajustes de nuestra economía son enormes, y ni los recientes acercamientos con el sector privado no podrán aliviar de manera importante las molestias e incomodidades que hoy nos toca vivir. En los próximos meses veremos una escasez todavía alta, una aceleración en la inflación, y como guinda, una continuación en el desaceleramiento que en el 1er trimestre comenzamos a experimentar.

Por otro lado lo político tampoco ayudará. El margen tan cerrado de victoria no ofrece el capital político suficiente para abordar la compleja situación socio-económica que tenemos. Acostumbro a comentar que espero 2-3 años difíciles en los que tendremos que sacar lo mejor de nosotros como nación. La evolución de los hechos obligará a los principales actores políticos y económicos a dialogar, para así darle el piso de gobernabilidad e institucionalidad que hoy reclamamos muchos ciudadanos. No va a ser fácil, pero sin duda lo lograremos.

Estamos siendo protagonistas del fin de un ciclo perverso que comenzó hace más de 3 décadas, del cual todos, sin importar el bando, debemos sacar importante lecciones históricas. Una vez finalizado dicho ciclo tendremos todo a favor para el comienzo de una nueva era republicana, era de crecimiento económico, de bienestar y lo que es más importante, de armonía social.

Henkel García

Analista e Instructor en Finanzas.

Presidente de Visión de Inversión

Director de @Econometrica

Maestría Administración, mención en Finanzas UNIMET

Twitter: @HenkelGarcia