Venezuela, país con alma de emprendedor pero con menos empleadores
En muchos estudios nuestro país aparece como uno de los países con mayor voluntad hacia el emprendimiento entre sus ciudadanos. A pesar de ese particular ánimo del venezolano desde hace unos cuantos años hemos visto como la cifra de Empleadores y Patronos ha disminuido progresivamente.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) nos entrega mes a mes las cifras de Empleadores y Patronos en el sector privado. Al revisar los números es difícil lidiar con el sentimiento de desazón. En agosto de 2001 el número de Empleadores y Patronos se ubicaba alrededor de 657.000 personas, para agosto de 2012 la cifra había disminuido a 370.000, una caída de 44% en 11 años.
Cabe preguntarnos el perfil de las personas que son afectadas por esa realidad. ¿Son “ricachones” que suelen colocar sus pies encima de sus escritorios mientras sus empleados trabajan? ¿Son esos “especuladores burgueses” que abusan de los consumidores subiendo continuamente sus precios? La respuesta es NO en la gran mayoría de los casos.
El mismo INE detalla la cifra de Empleadores y Patrones en el sector informal, quienes emplean entre 5 o menos trabajadores. En agosto de 2001 existían alrededor de 465.000 Empleadores en el sector informal, en agosto de 2012 el número había caído a 280.000 personas, es decir, 40% menos que lo que había hace 11 años.
La hostilidad hacia la actividad empresarial no respeta si eres grande o pequeño. De hecho, en mi opinión los pequeños son aún más indefensos que las empresas grandes, ya que éstas no pueden hacer lobby con el gobierno de turno para sobrevivir en ese ambiente hostil. Los trabajadores también se ven afectados ya que muchos terminan empleados por el gobierno, quien ha demostrado que no es el mejor de los Patronos, y en general el trabajador venezolano cuenta hoy por hoy con menos oferta de empleadores para elegir si en alguna oportunidad quisiese cambiar de trabajo.
Alto riesgo jurídico, innumerables trabas burocráticas, controles de precios, controles de cambio, fiscalizaciones, etc, son algunas de las realidades con la que debe convivir el emprendedor venezolano. Como las cifras muestran, muchos no han podido sobrevivir. Estamos sentados sobre un modelo totalmente soportado por la renta petrolera y el endeudamiento, y dejando de lado el enfoque principal que debería tener nuestra economía, un modelo eminentemente productivo en el que el Estado funcione como un ente regulador pero que a la vez promueva el emprendimiento y la innovación. ¿Seremos capaces de enrumbarnos por esa vía?
Henkel García
Analista e Instructor en Finanzas
Presidente de Visión de Inversión
Director de @Econometrica
Maestría Administración, mención en Finanzas UNIMET
Twitter: @HenkelGarcia
