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Venezuela: Otro año perdido

A punto de cerrar el segundo trimestre del año, todavía sin cifras oficiales del primero, es una certeza de que la economía venezolana continuó contrayéndose. Al final de este año el PIB por habitante se habrá reducido alrededor de 25% respecto 2013. Lo ocurrido en estos tres años no es una recesión, es una depresión económica. Hay dos aspectos terribles en esta historia, el primero es que no se avizora el final de esta tragedia, el segundo es que esta ha sido una crisis autoinfligida. 

A punto de cerrar el segundo trimestre del año, todavía sin cifras oficiales del primero, es una certeza de que la economía venezolana continuó contrayéndose. Nuestras estimaciones apuntan a una caída interanual del PIB en el primer trimestre de 8,2% y el pronóstico  para el segundo es de -10,6%. Con esto ya serían 10 trimestres consecutivos en recesión, y todo parece apuntar a que quedan cuando menos dos más. A final de este año Venezuela habrá perdido no solo un año más, sino que posiblemente encadene la peor recesión en su historia republicana salvando períodos de guerra.

Frente a lo anterior cabe preguntarse cuándo comenzaremos a llamar las cosas por su nombre. Lo ocurrido en estos tres años no es una recesión, es una depresión económica. Al final de este año el PIB por habitante se habrá reducido alrededor de 25% respecto 2013. Hay dos aspectos terribles en esta historia, el primero es que no se avizora el final de esta tragedia, el segundo es que esta ha sido una crisis autoinfligida.

El Gobierno luce completamente paralizado. Todavía carece de lo más esencial para resolver un problema que es tener un diagnóstico acertado de la situación. Ante esto es muy difícil poder estimar cuando se podría iniciar una recuperación económica. A este punto un cambio político parece ser una condición necesaria para que ella ocurra.

La crisis económica no se limita a una caída en la actividad económica. La inflación interanual al mes de mayo cerró en 461% según nuestro estudio de precios. Al Banco Central de Venezuela, cuando le resultó insuficiente los cambios metodológicos en el índice para edulcorar la inflación, pasó directamente a ocultarla. No existen cifras de inflación oficiales desde diciembre de 2015. El problema no se limita al aumento de los precios. En mayo la escasez de productos de primera necesidad se ubicó en 84,9%. El abastecimiento de productos es crítico, las colas para adquirir productos racionados y los saqueos son el resultado de mantener el control de cambio y precios que tiene asfixiada la economía. Como si todo lo anterior no fuese suficiente, además existe una gran inflación represada. En nuestro último estudio el estimado era de alrededor de 180 puntos adicionales de inflación, sin contar el sector de los servicios públicos cuyos precios son ridículamente bajos.

El país no ha llegado a este punto por algún choque externo. Si bien la caída en los precios petroleros ha agravado ya de por sí una difícil situación, el país llegó a este punto por su propio pie. La economía venezolana entró en recesión en el primer trimestre de 2014 cuando el precio del crudo superaba los 90 dólares por barril. Esta crisis es el resultado de una política económica de larga data. Debemos recordar que el gobierno actual, que es la continuación del anterior, heredó una economía plagada de controles y ha continuado el acecho a la empresa privada al que tan aficionado era el Presidente Chávez.  Ha sido el Gobierno el único responsable del estado de postración del aparato productivo y de la miseria que actualmente atraviesan los venezolanos.

El Gobierno sigue empeñado en mantener las mismas políticas que han propiciado este desastre. La última son los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap), que no son más que la reedición de las Juntas de Abastecimiento y Control de Precios (JAP) del Gobierno de la Unidad Popular en Chile. Esta nueva medida solo agravará el desabastecimiento y el descontento social. El Gobierno insiste en mantener los controles de cambio y precios, y se niega a realizar cualquier ajuste macroeconómico. El resultado de estas decisiones solo agravará la actual crisis.

Venezuela ha sido la economía con peor desempeño en los últimos años en la región. Pese a haber disfrutado una enorme bonanza debido a los elevados precios petroleros, el país decidió repetir los mismos errores del pasado. El Gobierno creyó que el progreso social y económico se podía decretar al golpe de los dólares provenientes del petróleo.  Nuevamente los venezolanos se topan bruscamente con la realidad y la sensación de estafa, tan recurrente en los últimos cuarenta años, se repetirá. Luego de todo esto los venezolanos nos preguntaremos dónde se fueron estos últimos 18 años, la respuesta no debe ser aclarar dónde se fueron sino dónde los enviamos.

Francisco Ibarra Bravo

@franibar10

Director de @Econometrica