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Racionamiento eléctrico pone al borde de la quiebra a pequeños comercios

Un recorrido por algunos locales en Aragua, Guárico y Carabobo da cuenta de la precaria situación en la que este sector se encuentra, afectados básicamente por desabastecimiento, inseguridad y apagones eléctricos

Los pequeños comerciantes acusan el golpe que les ha causado el plan de racionamiento eléctrico (cortes programados de 4 horas de duración) que aplica el gobierno, desde el pasado 25 de abril en todo el país, –excepto en Caracas- con el objetivo evitar el colapso de la central hidroeléctrica Guri.

En abril el ministro de Energía Eléctrica, Luis Motta Domínguez, explicó que el plan de restricción del servicio que se aplicaría durante 40 días, en bloques de cuatro horas de duración, tenía como objetivo preservar y evitar que siguiera bajando el nivel de agua de la central hidroeléctrica Simón Bolívar, Guri, que surte de energía a 70% del país.

En la región central del país la actividad de los pequeños comercios es la que más se ha visto afectada. Un recorrido por algunos locales en Aragua, Guárico y Carabobo da cuenta de la precaria situación en la que este sector se encuentra, afectado básicamente por desabastecimiento, inseguridad y apagones eléctricos.

María Estella Marino  es la encargada de una pequeña panadería, que heredó de sus padres, en el Estado Aragua. “El racionamiento es el golpe que nos faltaba, pues la escasez ha puesto el negocio al borde del cierre”, explica.

En la panadería cuando el corte eléctrico es de 4:00 pm a 8:00 pm cierran temprano por la inseguridad, “cuando es de 8:00 am a 12:00 m debemos correr para hacer todo lo que sea horneado antes de corten el servicio, pero perdemos la hora de más venta de café que es en las mañanas”.

Pero, según explica, lo que más le preocupa es la pérdida que tiene por daños a la charcutería y a las refrigeradoras. “Solamente ayer sacamos y botamos dañadas dos piezas de jamón enteras, 3 piezas de queso amarillo, cada una de 3 kilogramos. Calcula las pérdidas, cada kilo de queso cuesta 6 mil bolívares y el jamón cuesta Bs. 3.200 el kilogramo y la pieza pesa alrededor de 2,8 kilogramos. Agrega a eso que con los apagones se nos dañó un nevera de 4 puertas cuya reparación costó 355 mil bolívares”.

Esta situación ha generado que haya tenido que enviar a su casa “suspendidos” a tres de nueve empleados. “No los podemos botar por ley y porque es gente que lleva años trabajando con nosotros, pero las ventas están por el piso. No hay azúcar y cuando hay cuesta 47 mil bolívares el saco (costaba Bs. 6.200), no hay manteca; la harina para hacer pan, cuyo precio es 7 mil bolívares el saco, ahora te la quieren vender en 32 mil bolívares”.

La encargada de la panadería asegura que no han cerrado porque el local es propio, pero “el racionamiento es la estocada final para nosotros, no se cuanto más aguantaremos. Imagínate que cuando no hay luz no podemos cobrar con el punto”.

En Guárico la situación no es diferente, Carlos Roa es dueño de una pequeña venta de repuesto y lubricantes para vehículos y ha visto cómo sus ventas caen hasta 50% cuando no hay luz. “La mitad de lo que vendo me lo pagan a través del punto. Si alguien va a comprar 4 litros de aceite acaso carga casi 14 mil bolívares en efectivo para pagar y ni hablar de repuestos que cuestan 70-80 mil bolívares. La gente no carga un mochila de real para pagar”.

Roa no ha tenido que despedir empleados, porque el negocio lo atienden él y su esposa, pero si debe cerrar temprano cuando la electricidad la racionan entre 4:00 pm y 8:00 pm por la inseguridad.

También considera que el racionamiento eléctrico “es el mal que le faltaba al negocio”, pues ya viene sufriendo baja en las venta por escasez de lubricantes, filtros y repuestos en general. “Antes vendía baterías de lo más normal, ya no me despachan”.

Luisana y José Luis Sosa son parientes y socios en una pequeña papelería en Valencia, ubicada cerca de uno de los registros del estado y de varios institutos de educación, cuya renta principal la obtienen de sacar fotocopias y fondo negro.

Los Sosa explican que vienen de recuperarse de una multa porque fueron acusado de acaparar papel (lo tenían almacenado porque su negocio es sacar fotocopias) y éste fue vendido a precio regulado, aunque ellos habían pagado un precio superior. “Por eso el racionamiento eléctrico nos ha afectado muchísimo y estamos pensando en vender o cerrar el negocio”.

“Cuando no hay luz no podemos sacar copias ni redactar o imprimir documentos y las ventas de la librería son exiguas. Ya despedimos a unos de los muchachos, quien afortunadamente aceptó el despido porque consiguió trabajo enseguida”, señala Luisana Sosa.

Igualmente se ven afectados porque las oficinas públicas solo trabajan 2 días a la semana, lo que hace que baje la cantidad de clientes.

Además si se les daña alguna impresora o fotocopiadora por los apagones (que ocurren en horario programado y fuera de horario) saben que o no podrán pagar la reparación o que tal vez tampoco la puedan reparar por falta de repuestos.

Creen que “los comerciantes y empresarios estamos acorralados y no vemos que podamos recuperarnos en el corto plazo. El negocio no es rentable, y uno no quiere cerrar, pero las circunstancias casi nos obligan a bajar la Santamaría”.

En Zulia la situación no es distinta y la Unión Empresarial del Comercio y los Servicios (UCEZ) aseguró, a la prensa local, que las pérdidas en ese estado durante los últimos 8 meses, por los cortes eléctricos, ascienden a los 490 millones de bolívares. Situación que se ha agravado desde que se comenzaron a aplicar los cortes diarios de 4 horas del servicio. Gilberto Gudiño explicó que estas pérdidas corresponden solamente a las ventas que han dejado de realizar por los cierres forzados que deben hacer.

Una hora menos de racionamiento

Esta semana el  ministro Motta Domínguez anunció que el racionamiento o plan de distribución de cargas, como se llama oficialmente, iba a ser modificado y ahora en vez de 4 horas, el corte de suministro sería de 3 horas y que ya no se aplicará en horario nocturno, ni de madrugada.

El Ministro también resaltó que con las medidas de ahorro eléctrico implementadas hasta ahora se logró un ahorro de 2.400 megavatios (MW); 1.490 MW con el cambio de huso horario, 890 MW con el decreto de miércoles, jueves y viernes no laborables, y 280 MW más con la suspensión de clases los días viernes.

Sin embargo, los comerciantes no creen que bajando el bloque de racionamiento a 3 horas la situación mejore mucho.

Luisa Maracara

@lmaracara