La SUNDECOP suma y sigue
Si hay algo que reconocerles es que son activos; efectivos muy poco y mucho menos eficientes. La Superintendencia Nacional de Costos y Precios (SUNDECOP) hace ruido, se mueve, anuncia, presiona, saca comunicados, etc. La idea es que creamos que este organismo aporta algo. Todo con tal de que no nos demos cuenta que es solo un grupo de burócratas altamente ideologizados que pretenden dictar los precios hasta del agua bendita. La verdad es que se le vienen momentos difíciles a esta banda. La inflación se ha envalentonado y la escasez no se quiere quedar atrás. Los males para los que ha sido creado este organismo se han multiplicado como hongos después de la lluvia. Ante esto a los burócratas de la SUNDECOP solo les queda hacer más ruido, las nueces que las pongan otros.
La semana pasada sacaron un comunicado donde nos indican que ante la incapacidad de clasificar los medicamentos, debido a carecer de potestad jurídica, aplicarán una regulación de precios a todos los medicamentos. Lo mismo un jarabe para la tos que la insulina de un diabético, todos merecen la atención de los justicieros de la SUNDECOP. El comunicado no desafina con la política que ha avanzado este organismo desde su creación. El cielo es el límite a la hora de establecer controles. El comunicado sin embargo contiene un error garrafal al final de tercer párrafo. Este error lo permite alguien que si tiene formación económica como la Superintendente.
El tercer párrafo define los medicamentos como un bien social. En economía hay bienes públicos y hay bienes privados. Entendemos que a lo que se quiere hacer referencia en el comunicado es que los medicamentos deberían ser un bien público. El problema que tienen los que pretenden decretar la economía es que los decretos son solo eso: decretos. No tienen por si solos la capacidad de cambiar la realidad. Los medicamentos no son un bien público porque sencillamente hay rivalidad en su consumo. Bayer ha sido una empresa con una larga tradición en la invención de medicamentos pero todavía no ha dado con una aspirina que se la puedan tomar varias personas. La aspirina que se toma Nelson Merentes cuando le entregan las cifras de inflación mensual no se la puede tomar Jorge Giordani. Existe rivalidad en el consumo y además existe la posibilidad de exclusión en el usufructo. Esto hace que los medicamentos entren en la categoría de bienes privados. El comunicado de la SUNDECOP donde declaran los medicamentos como bien social no va a cambiar esta realidad, solo contribuye a que el venezolano medio siga sin entender nociones fundamentales de economía.
Ahora, el hecho de que un bien sea privado no indica que no deba existir un interés de gobierno en su provisión. Una cosa no está reñida con la otra. Las razones por las que existe un interés público en la provisión de medicamentos van desde las muy respetables razones de ética hasta razones en el ámbito económico como lo son las externalidades positivas que pueden llegar a tener el uso masificado de medicamentos como el caso de las vacunas. Estas son las razones detrás de los límites de las patentes de medicamentos, en el financiamiento público en investigación y producción de medicamentos y detrás del soporte público a los medicamentos genéricos. Existe un evidente interés público en que la población cuente con acceso a los medicamentos. Ahora, cual debe ser el rol del sector público en esta materia es discutible. Lo que no es discutible es que los medicamentos son un bien privado.
Esta semana llegaron las declaraciones de la Cámara de la Industria Farmacéutica donde cifraban el desabastecimiento en 37%. Como era de esperarse el primer sospechoso es el dólar que sigue sin aparecer. Lo mejor que se le ha ocurrido a la SUNDECOP es acentuar la regulación. Como hemos venido diciendo en otras ocasiones la profundización de los controles no es la solución al problema, los controles son el problema. Para resolver el problema de la escasez se requieren dólares y lamentablemente estos están escasos pese a los elevados precios petroleros. Las políticas económicas deficientes son la causa de los problemas actuales y de los que vienen en el futuro. El gobierno que se ha llenado la boca hablando de progreso social va a tener que enfrentar un real deterioro en estos supuestos logros. La SUNDECOP seguirá en lo suyo y los medicamentos también: escasos.
Francisco Ibarra Bravo
