Henry se metió para lo hondo
Para aquellos que esperamos las pruebas del fraude del revocatorio de 2004, escuchar hablar a Ramos Allup es emocionante. Quizás luego de más de 9 años ya haya tenido suficiente tiempo para compilar las pruebas y finalmente mostrarlas como ofreció aquella terrible mañana. La próxima será.
Leyendo la entrevista no se puede estar más de acuerdo con muchos de sus planteamientos; en particular con la lectura que hace del resultado de las elecciones. Comparto su postura sobre aquellos que pretenden llamar a una constituyente o que, basados en no se que evidencia, se sienten envalentonados para comenzar desde ya a promover un referéndum revocatorio. Su análisis en este caso es acertado. Es entendible que existan discrepancias en el seno de la MUD y perfectamente natural que estas afloren en momentos donde los resultados no son los mejores. Incluso es positivo que estas diferencias se ventilen y discutan.
La entrevista de Ramos Allup hubiese quedado impecable a no ser por la última parte donde decidió arremeter contra los economistas. De gratis decidió arremeter contra un grupo de profesionales que, a diferencia de lo que él cree, sí están haciendo su trabajo. El punto en cuestión es obviamente el aumento a la gasolina. La postura de quienes se refiere como “necios” no es reciente. El subsidio a la gasolina es regresivo, ineficiente y además costosísimo, en una palabra: estúpido. Se entiende que para un político esto constituya una verdad inconveniente, ahora, eso no es argumento para la andanada que emprendió. Henry en este caso no solo se metió para lo hondo, sino que además decidió remover viejos recuerdos.
Ramos Allup pretendió decir que el error de CAP fue hacerle caso a los economistas y que por eso estamos como estamos. La realidad es otra muy diferente. Jamás en ningún gabinete hubo la suma de talento y preparación como el que tuvo el país a comienzos de los 90. Si bien se cometieron errores, el proceso de reformas emprendidas por ese gobierno eran las adecuadas. De haberse completado ese proceso el país que disfrutaríamos hoy sería muy diferente. Parte de la responsabilidad de que ese proceso naufragara la tuvo el propio partido de gobierno que fue incapaz de ver más allá de sus narices. Acción Democrática en lugar de ser, como lo fue en el pasado, un partido audaz y con visión de futuro, decidió optar por posturas reaccionarias. Hoy todos los venezolanos pagamos los errores de aquel gobierno y la cobardía de muchos de los que luego emprendieron y respaldaron reformas similares a las que criticaron. Entre aquellos que echaron al país por un barranco estaba quién hoy pretende decirnos nuevamente que no hay que hacerle caso a los economistas. Por desgracia para Henry hay gente, que aunque muy joven en aquel momento, recuerda con claridad lo que ocurrió. Lo triste es que todavía algunos sean incapaces de admitir que se equivocaron, pero lo verdaderamente indignante es que pretendan venir a darnos lecciones.
Francisco Ibarra Bravo
