Exportamos por habitante la mitad de lo que exportábamos en 1998
Una de las cifras que más me inquieta como venezolano es la de exportaciones reales de nuestro país. Llamo exportaciones reales, no a las referidas a los dólares que nos obtenemos por los productos que vendemos afuera, sino al volumen, unidades, barriles que exportamos, es decir, una vez limpiado el efecto precio. Dichas exportaciones han venido cayendo desde 1998 para acá y eso dista mucho de lo que en realidad necesitamos como país.
Primero quisiera realizar el cálculo que justifica el título de este artículo. Para finales de 1998 las exportaciones reales anualizadas de Venezuela eran 12.706,59 millones de Bs de 1997, la población para ese momento alcanzaba 23.139.080, lo que nos deja las exportaciones per cápita en 549 Bs de 1997. Para finales de 2011 las exportaciones reales se ubicaban en 8.190,86 millones de Bs de 1997 y la población rondaba 29.072.280, lo que implica unas exportaciones reales per cápita de 282 Bs de 1997. Estas cifras revelan una caída de 49% durante el período 1998-2011, pero ahora muchos se preguntarán cómo pudimos crecer con esta realidad a cuestas.
La respuesta es muy sencilla y creo que evidente, precio del petróleo. Sí, la capacidad de compra de cada barril de petróleo exportado aumentó mucho más que la caída de las exportaciones, ese hecho nos permitió generar las divisas necesarias para importar gran cantidad de productos y también dinamizar la economía, para así crecer de la manera que lo hemos hecho, la cual a mi parecer resulta algo baja para la cantidad de divisas que captamos. Hora de reflexionar, hemos crecido, hemos consumido no por méritos propios, ni siquiera por aumentar nuestros barriles de petróleo producidos y exportados, no, lo hicimos gracias a una variable que está completamente fuera de nuestro control.
En pura retórica se quedaron las promesas de diversificación de las exportaciones, también se quedó atrás la promesa del aumento de las exportaciones totales. El que hoy exportemos por habitante la mitad de lo que exportábamos en 1998 es una señal de alarma para indicarnos que algo estamos haciendo mal. Por ejemplo, una moneda evidentemente sobrevaluada y un elevado riesgo jurídico producto de un exacerbado ataque al sector privado no parece el camino adecuado para fomentar las exportaciones.
Cambiar el actual modelo de crecimiento, el cual depende enteramente del comportamiento de los precios del petróleo, es una tarea prioritaria y pendiente que tenemos los venezolanos. Como siempre los ciudadanos de a pie estamos a merced de lo que decidan los encargados de delinear las políticas públicas, pero de igual forma tenemos el derecho y el deber de levantar nuestra voz y expresar la imagen de la Venezuela que queremos.
Henkel García
Analista e Instructor en Finanzas
Presidente de Visión de Inversión
Director de @Econometrica
Maestría Administración, mención en Finanzas UNIMET
Twitter: @HenkelGarcia
