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El dólar y la política

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Primero los políticos estatizaron la industria petrolera en los años 70 del siglo XX para hacerse del poder económico y del manejo del dólar. Y, luego, llegó el petropopulismo, que socavó nuestras instituciones (el Pacto de Punto Fijo y nuestras reglas de política), conduciéndonos a donde estamos hoy: a las puertas del caos y la anarquía. Así ha sido la historia reciente de la economía política de un país, que antes fue, y pronto volverá a ser, ejemplo de República, Democracia, civilidad, modernidad y desarrollo.

El rol que juega el manejo del dólar en esta historia abajo lo explico.

Los políticos a mediados de los 70 descubrieron unas de las peores armas populistas: aprendieron a sobrevaluar la moneda como mecanismo de control político. Es decir, los populistas descubrieron que sobrevaluar la moneda podría traerle importantes beneficios, pues a final de cuentas en Venezuela el Estado no dependía del sector privado, el ciudadano, sus impuestos, ni sus divisas.

Haciendo uso de la creciente renta petrolera y de sus capacidades de endeudamiento, comenzaron a generar adrede una alta y persistente inflación de costos y de demanda, aumentando el salario mínimo a ritmos superiores a los de la productividad del trabajo, e incurriendo en desórdenes fiscales y últimamente también monetarios.

El negocio político era sencillo. Por un lado, la sobrevaluación de la moneda asociada al aumento de la renta petrolera y la deuda externa permitió a los políticos petropopulistas financiar sin sacrificio para la población el creciente consumo de bienes importados y el ahorro en moneda extranjera. En palabras llanas, el secuestro de la instituciones y reglas, en un ambiente de precios petroleros volátiles y crecientes, les permitió dedicar al fomento del consumo y el ahorro en divisas la renta petrolera, en vez de a la inversión, el desarrollo, la producción y el empleo nacional.

Pero, el fácil disfrute de la renta petrolera para financiar el consumo sin esfuerzo no fue, sino tan solo parte del negocio político. La peor cara de la política de sobrevaluación, claramente, ha sido el control político por las oligarquías (hoy les dicen Boliburguesía). La razón es sencilla. El negocio igualmente consistía en fijar la tasa de cambio tan baja, que deliberadamente se hiciese imposible competir con el Estado (i.e. los políticos), a la hora de generar las divisas. Lógico, el negocio siempre fue, ha sido, y sigue hoy siendo, utilizar la renta externa petrolera y la deuda en divisas para sobrevaluar tanto el bolívar, que se haga imposible para el sector privado generar sus divisas propias (i.e. exportar). Así, el ciudadano quedaría de rodillas frente al Estado, monopolista de las mismas. Luego, vendrían los controles de precios y cambio, las mafias y las oligarquías.

O, ¿cuál podría ser, entonces, la razón de ser de un control de cambios que dure tanto? No otra, sino garantizar que unos pocos consigan el dólar barato para hacerse ricos.

La implosión política en camino estará vinculada a la partición de la torta de las divisas. El petropopulismo y el manejo cambiario será, por tanto, tema fundamental a discutir, cuando próximamente el país llegue a un pacto, que restablezca la República.

Ángel García Banchs

@garciabanchs

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