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Devaluación acelera el paso a la espera del Dicom

A mediados de junio se conocerán los detalles operativos del sistema complementario de divisas, cuya tasa base ya es 40 veces superior a la del Dipro

A más de dos meses de haber sido anunciada su puesta en marcha, el nuevo sistema cambiario de Venezuela se mantiene en el papel, sin terminar de concretarse operativamente, aunque en el mismo período la devaluación sí ha hundido con fuerza el acelerador.

Se sabe que habrá dos tasas, una protegida (Dipro) y otra complementaria (Dicom), y también se hizo pública una enumeración general de los rubros y las áreas que serían atendidas por una y por otra paridad. Sin embargo, nunca se ha terminado de formalizar su puesta en marcha ni se han aclarado los montos que entrarán a la economía por cada mecanismo.

El compromiso legal de las autoridades era informar los detalles del sistema al mes de su anuncio. La semana pasada el compromiso fue renovado por el vicepresidente de Economía, Miguel Pérez Abad, quien dijo en una entrevista que sería en 30 días más cuando se publicarán las normas operativas, es decir, para mediados de junio.

De esta forma habrá transcurrido la primera mitad de 2016 sin que se regularice el funcionamiento del mercado cambiario venezolano, algo que se hace evidente por los reiterados señalamientos de voceros de todos los sectores de la vida nacional que se quejan por las restricciones en el acceso a las divisas que, a su vez, se traducen en fallas de suministros y de materias primas, lo que redunda en un enfriamiento de la actividad productiva nacional, mayor escasez e inflación.

Aún así, entre el 9 de marzo y el 9 de mayo se duplicó el valor del dólar a través del Sistema Marginal de Divisas (Simadi), que todavía está vigente y que, según las autoridades, servirá de base para la instrumentación del Dicom cuando finalmente se active. Se trata de una conducta atípica para este sistema que en teoría opera según lo determinen la oferta y la demanda, pero que se había mantenido casi estático desde que inició operaciones el 12 de febrero de 2015.

De hecho, en su primer año de vigencia pasó de 170,03 bolívares por dólar a 199,93, una variación de 30 bolívares, nada comparable al salto que el Simadi ha experimentado desde marzo a la fecha, cuando supera los 437 bolívares por dólar. Esta reciente aceleración responde a una política del Gobierno.

Pérez Abad en sus declaraciones señaló que “hay un tipo de cambio de equilibrio, que no podemos anunciar en este momento, pero el mercado sabe cuál es (…) Estamos más cerca de ese punto, y nos hemos mantenido en conversaciones con empresas privadas e internacionales y ese está empezando a utilizar el sistema para las transacciones”.

“Ahora la economía se va a ajustar al nuevo tipo de cambio. Será un año en que vamos a tener una inflación, que será un factor, pero lo importante es que empecemos a remontar la cuesta. Que lleguemos al pináculo, que podamos ver la meseta del tema inflacionario. Este es un año muy complicado”, dijo el funcionario.

¿Hacia la unificación?

El ministro de Comercio Exterior e Inversión Extranjera, Jesús Faría, ha señalado que la idea es avanzar hacia un sistema cambiario que operará con una sola tasa. “En la medida en que se vayan recuperando los ingresos de divisas y se vayan consolidando en un nivel superior las reservas internacionales se vaya produciendo una confluencia de las dos tasas de cambio y posteriormente nosotros podamos ir a la normalidad de una sola tasa de cambio, los 10 bolívares no se mantendrán allí fijos, sino que se irán ajustando”, afirmó tras los anuncios del Dicom y el Dipro.

Sin embargo, desde esa fecha sólo se ha experimentado el encarecimiento sostenido del dólar a través del Simadi, mientras que la tasa protegida del Dipro se ha mantenido inamovible en 10 bolívares por dólar desde marzo, cuando reemplazó a la tasa existente de 6,3 bolívares para bienes prioritarios.

El diferencial entre la tasa del Dicom y la del Dipro sigue siendo un elemento de distorsión que promueve el arbitraje y que atenta contra una evolución favorable del comportamiento del sistema.

Otro punto crítico en su progreso está determinado por el volumen de divisas que se manejen por esta vía. Vale mencionar que durante 2015 el Simadi sólo vendió 370,8 millones de dólares y ahora los ojos están centrados en lo que pueda ofrecer el Dicom.

La caída del precio del crudo y el retroceso en el volumen de producción petrolera inciden en el caudal de divisas que ingresan a la nación para atender los requerimientos de la economía y las obligaciones de la República. De allí que el Gobierno ya haya anunciado que este año las importaciones apenas llegarán a 20 mil millones de dólares, casi la mitad de lo reportado en 2015.

Según Pérez Abad, en el actual esquema cambiario se están ofreciendo unos siete millones de dólares diarios, de los cuales 30% van al sector privado, unos 2,1 millones de dólares por día. En tanto que con el tipo cambio flotante se maneja aproximadamente 8% del total de divisas que el gobierno asigna de forma controlada.

Queda esperar que a mediados del próximo mes se conozca con claridad la operatividad del Dipro y la forma como cualquier venezolano podrá gestionar divisas a través de su sistema, que –prometen- será movido por la oferta y la demanda, algo que no ha funcionado así con los anteriores esquemas cambiarios adoptados por el Gobierno.

Unidad Periodística de Econométrica