Consejos financieros para ti y para tus hijos
Como todos sabemos, llevar de una manera sana nuestras finanzas personales no es una tarea tan sencilla. No importa nuestro nivel de preparación académica, los títulos que tengamos, la posición que ocupemos en las empresas que trabajemos; es bastante probable que en algún momento de nuestras vidas nos encontremos en dificultades financieras. Malos hábitos de gasto, desconocimiento, irracionalidad y negación son algunas de las actitudes que comúnmente afloran en esos difíciles momentos, y sobre todo una total ausencia del Sentido Común. Esta mala práctica puede transmitirse de generación en generación y por esto es tan importante que eduquemos a nuestros hijos en lo que a finanzas personales se refiere. A continuación una serie de tips que tienen como Norte el sentido común y que son útiles para nuestra vida diaria:
• Gasta menos de lo que ganas. Éste es para mí el principal consejo financiero. No importa la cantidad de ingresos que alguna persona tenga, si no gasta menos de lo que ingresa nunca podrá generar verdadera riqueza. No importa cuánto aparentas tener, mucha de esa apariencia puede estar financiada con deuda.
• Lleva un minucioso rastreo de lo que gastas Al analizar tu patrón de gasto podrás definir en qué rubros puedes disminuir gastos. No sólo es importante rastrear hacia donde fue tu dinero en el pasado, es igual en importancia, que elabores un presupuesto y planifiques tus gastos futuros.
• Evita las “malas” deudas. Malas deudas son todas aquellas que incurres para gastos de consumo, la mayoría de esos gastos los realizamos a través de nuestras tarjetas de crédito. Los créditos de vivienda, educación, vehículo o para empezar un pequeño emprendimiento no entran es esta categoría.
• Aférrate a tus amigos, a tu familia, no a las cosas. Creo que hay poco que agregar en este punto. Hay que “atarse” a lo verdaderamente importante.
• Estar preparado para trabajar duro. En la vida no hay “almuerzos gratis”, para realmente ser prósperos hay que trabajar de manera ardua y dedicada, no hay atajos.
• Dedicarte a algo que realmente te guste. Muy a tono con el punto anterior, para poder estar suficientemente estimulado para trabajar duro, tiene que gustarte, tienes que amar a lo que te dedicas.
• Ahorra e invierte para tu retiro. Llegará un momento en el que no podremos trabajar con la misma intensidad que tenemos ahora. Dejaremos de producir y cuando llegue ese momento debemos tener suficientes ahorros que nos garanticen mantener el mismo nivel de vida que logramos en nuestra época productiva. Este aspecto es muy importante y debemos comenzar lo más pronto posible.
• Hay que poseer un fondo para emergencias. Es una tendencia que nuestro patrón de gasto sea bastante ajustado a nuestro nivel de ingresos. Pero qué pasaría si nos ocurriese alguna emergencia, alguna eventualidad con nuestra casa, alguna enfermedad inesperada, alguna carta de despido que nos presenten de manera intempestiva, etc. Para ello hay que tener un fondo que nos permita atender esa coyuntura. Cerca de 5 a 6 meses de gastos ordinarios es la cantidad necesaria para tener en dicho fondo.
• Olvídate de las apariencias y de lo que tengan tus amigos. Ese uno de los impulsos que nos lleva a gastar más de lo necesario. Ese “status” que nos vemos obligados a tener nos crea patrones de consumo que no van acorde con lo que ganamos. Así que hay que arroparse hasta donde llegue la cobija.
• Diversifica en tus inversiones. Forma apropiada para disminuir el riesgo de tu portafolio. Debes mezclar diferentes clases de activos: bienes inmuebles, bonos del estado, efectivo, acciones de empresas, etc.
Muchos de estos consejos suenan obvios, pero créanme que son de difícil aplicación de manera sostenible. Nunca es tarde para comenzar a realizar los cambios relativos a nuestras finanzas personales, y menos aún para comenzar a educar financieramente a nuestros hijos de manera apropiada.
Henkel García
Analista e Instructor en Finanzas
Presidente de Visión de Inversión
Director de @Econometrica
