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Venezuela ya estaba en crisis con el barril en $100

Durante tres años consecutivos se acentuó el deterioro económico hasta llegar a 2016 sin previsión alguna para sortear la coyuntura. Sin embargo, las autoridades insisten en responsabilizar a la caída del precio de petróleo de la situación

Aun cuando las autoridades sostienen que la crisis económica que resiente el venezolano por el fuerte deterioro en su calidad de vida es el resultado en el desplome de los precios del petróleo, son muchos los síntomas de crisis que ya estaban presentes en el país mucho antes del colapso en el mercado mundial de los hidrocarburos. Peor aún, esta merma en los ingresos petroleros alcanzó a Venezuela débil y sin protección alguna, a pesar de haber experimentado un largo ciclo de altos precios del crudo que significó para la nación el ingreso de 700 mil millones de dólares en diez años.

En 2015, con el petróleo en 44,65 dólares, la contracción económica fue profunda (5,7%) y la inflación escaló a 180,9%, pero no ocurrió de forma abrupta, por el contrario, fue la culminación de un enfriamiento productivo que se venía viviendo en el país de forma sostenida durante tres años, incluso cuando el crudo todavía estaba en niveles que le daban comodidad financiera al país.

El petróleo promediaba 103,42 dólares en 2012 y hubo un crecimiento económico de 5,6% con una tasa inflacionaria de 20,1%, pero al año siguiente, con la cesta petrolera venezolana promediando 99,49 dólares por barril, la economía sólo creció 1,3% y la inflación cerró en 56,2%.

Este debilitamiento en la actividad productiva del país se acentuó en 2014, con resultados negativos en las variaciones del Producto Interno Bruto en cada uno de sus trimestres para cerrar el año con una contracción de 3,9% y una inflación de 68,5%, aunque el valor del petróleo realmente comenzó a perder terreno de forma acelerada a partir del segundo semestre de 2014. Al cierre del año la cesta petrolera tuvo un promedio de 88,42 dólares.

Sin combustible para operar

En la actualidad el Gobierno señala que los bajos ingresos petroleros obligan a pensar muy bien cada dólar que se asigna. Incluso el Presidente Nicolás Maduro ha respondido que “dólares no hay” ante las solicitudes de divisas para operar que hacen distintos sectores del país. Pero esta restricción en la entrega de dólares a la economía no es algo de ahora, cuando la cesta petrolera promedia 27,46 dólares, por el contrario, es una tendencia que viene acentuándose desde 2013 a la par de la paralización de la economía.

Entre 2012 y 2015 se experimentó una caída de 44% en las importaciones, y una menor asignación de divisas para el sector privado, como parte de un cambio en la composición de las compras externas de la nación. Entre 2003 y 2015 el sector público pasó de tener cerca de 20% en el total de las importaciones hasta acercarse al 50%.

El retroceso en las importaciones explica en buena medida el deterioro en la oferta de bienes y servicios que experimenta el país, ya que algo más de 60% de lo que se importa corresponde a insumos, materias primas y bienes de capital que son fundamentales para que las empresas puedan producir en el país.

Al cierre de 2015 el sector manufacturero reportó una contracción de 6,8% y Conindustria calcula que la capacidad utilizada de las empresas era de tan sólo 43,87%.

Con respecto a los problemas de abastecimiento que padecen los venezolanos a diario, el Centro de Documentación y Análisis para los Trabajadores (Cenda) señaló en su reporte de marzo que en los establecimientos visitados para medir el precio de la canasta alimentaria un promedio de 26 productos alimenticios, de los 60 que integran la cesta, no se consiguen con regularidad.

En la actualidad se estima que la escasez de productos básicos está en el orden de 70%.

En este contexto, el presidente del Banco Central de Venezuela, Nelson Merentes, ya señaló que en 2016 las importaciones “van a seguir cayendo alrededor de 40%, un poco más».

Cochinito roto


A diferencia de otros países petroleros, a Venezuela la caída en el precio de los hidrocarburos le tomó con tan sólo 3 millones de dólares ahorrados en el Fondo de Estabilización Macroeconómica pero también con el peso de un cronograma de pagos de deuda concentrados entre 2016 y 2019, tal como se pactó cuando se contrajeron esos compromisos de financiamiento en medio de la bonanza de ingresos.

Durante el boom de precios petroleros altos buena parte de los recursos percibidos se canalizó hacia fondos paralelos, de cuya ejecución en detalle poco se conoce, por lo que la alcancía formal para los tiempos de las vacas flacas quedó vacía y las reservas internacionales de la nación comenzaron a evaporarse hasta llegar a la fecha a 12.615 millones de dólares.

Lo curioso es que esto suceda en un país que diseñó un esquema de ahorro al que tuvo que recurrir en el pasado en medio de una situación económica que lucía crítica. Vale recordar que el 13 de julio de 2003 Hugo Chávez admitió, en su programa Aló Presidente, que había retirado cerca de 6 mil millones de dólares del Fondo de Inversión y Estabilización Macroeconómica (FIEM) para hacer frente a los efectos de la convulsión política de abril de 2002 y del paro económico de fines de 2002 y comienzos del año 2003.

Explicó que Pdvsa retiró parte de los recursos, otra porción se tomó para las gobernaciones y alcaldías que “no tenían ni para pagar sueldos, mucho menos para proyectos de desarrollo”, y cerca de 40% del monto se usó “para los compromisos del gobierno nacional, pero gracias a Dios que teníamos ese Fondo que actuó como colchón”.

“Nunca tocamos el FIEM hasta que llegó la crisis. Y bueno, precisamente para eso es que uno ahorra, para los momentos duros y difíciles”, señaló Chávez.  Una reflexión que parece haber quedado sólo para la historia.

Unidad Periodística de Econométrica