¡Porque sólo anticipándote podrás triunfar. Porque sólo podrás anticiparte si tienes un plan!

Un ejército de inútiles

ControldePrecios

El nombre le queda grande, de eso no cabe la menor duda. Es el zar de los precios en Venezuela. Él es quien nos dice cuanto debe valer lo que consumimos y en sus mejores sueños cuanto debemos consumir. En esta revolución abundan personajes a los que la historia del siglo XX pareció no enseñarles nada. Serían mucho menos nocivos sino reflejasen en cierta forma los deseos de parte importante de la sociedad venezolana, adicta a los controles e incapaz de abrazar decididamente una economía de mercado.

Esta gente no viene sola. Nadie trata de implementar un control de precio sin un grupo de inspectores que se dediquen a acosar aquellos que se resistan a entrar en el redil. Para ello siempre se necesita un grupo de gente, en este caso de camisas rojas, que salgan a la calle a certificar que el panadero tal, vende el producto cual, a equis precio. Estos individuos engrosan la larga lista de empleados públicos que no solo acarrean un despilfarro de recursos sino que directamente atentan contra la producción nacional, contra la libre empresa y en última instancia contra la libertad de los ciudadanos.

Este ejército de inútiles está en la calle acosando empresarios y comerciantes. Son directamente responsables del estado actual de la economía a pesar de que solo siguen órdenes. Algunos además aprovechan la magnífica oportunidad para arrimar la brasa para su sardina. Esta es la nómina pública que muerde dos veces, con los impuestos y con aquello.

Este ejercito de justicieros, y quienes les mandan, tienen la idea de que la mejor manera de proteger al consumidor es fijando los precios de todo. Esta idea primitiva está más extendida de lo que pensamos y es lo que explica que la sociedad venezolana haya permitido que se encaminara a punta de controles al borde de la libreta de racionamiento electrónica. Los controles de precios una vez que empiezan y que toman impulso son difíciles de contener. Venezuela está en un punto donde comienza a desandar el camino o se profundiza el nivel de control de estos individuos sobre qué y cuánto consumimos.

Los controles de precios al final no han protegido a los consumidores; ni de los abusos privados, ni mucho menos de los públicos. Luego de todo este despropósito quizás lo más importante sea aprovechar esta terrible experiencia para diseñar un discurso claro que coloque los puntos sobre las íes. Los controles de precios son incapaces de proteger el poder de compra del salario a mediano y largo plazo. La única manera de tener estabilidad de precios es contar con una política fiscal y monetaria sensata. La mejor manera de proteger a los consumidores es incentivando la competencia y brindando un sistema judicial confiable donde se puedan dirimir las disputas. El gobierno y su ejército de inútiles no han hecho nada en esta dirección. No es extraño que no se haya podido controlar el aumento de los precios y que hoy el consumidor esté pasando penurias. Lo que sí no escasea en la Venezuela actual son los inspectores vestidos de rojo, cobrando quince y último.

Francisco Ibarra Bravo

@franibar10

Director de @Econometrica