¡Porque sólo anticipándote podrás triunfar. Porque sólo podrás anticiparte si tienes un plan!

Nos faltan muchos más árboles

EconomiaconcaricaturaWeil

“Hay que repartir el fruto del árbol, no el árbol”. Felipe González.

El fin de semana pasado durante la realización del evento Palabras para Venezuela organizado por Banesco, los Ex-Presidentes Fernando Cardoso (Brasil), Ricardo Lagos (Chile) y Felipe González (España) ofrecieron valiosos discursos que tocaron diferentes aspectos de las dinámicas de los países latinoamericanos tanto en lo político, como en lo económico y en lo social. Hay una frase pronunciada por Felipe González que en lo particular me pareció genial: “Hay que repartir el fruto del árbol, no el árbol”. Mi apreciación y valoración no se limita a la idea que quiso mostrar, sino más bien al símil que nos regaló.

En Venezuela el árbol tiene mucho que ver con nuestra principal riqueza como país que sin duda es el petróleo, pero también incluye todo el aparato productivo, que aunque golpeado, hoy contamos todos los venezolanos. La realidad es que ese árbol cada vez se hace más pequeñoHoy nuestras exportaciones reales (en unidades de producto) per cápita son la mitad de lo que teníamos en 1998, la inversión vista como la formación bruta de capital fijo se encuentra estancada y el crecimiento acumulado del PIB per cápita en estos últimos 14 años sólo alcanza 10%, es decir, un crecimiento que se encuentra por debajo de la media mundial. Y si por si fuera poco el maltrato que le estamos haciendo al árbol, estamos comprometiendo los frutos del futuro con la política de endeudamiento actual.

Pero el árbol en cuestión es noblea pesar de haber disminuido su tamaño hoy nos entrega más frutos gracias a una circunstancia que bien no podría mantenerse en el tiempo: altos precios del petróleo. Esa inusual entrega de frutos se ha manifestado en un aumento tremendo en el consumo del venezolano, hoy consumimos 50% más de lo que hacíamos en 1998pero poco de lo que entrega ese árbol lo hemos dedicado a sembrar otros árboles. Simplemente nos dejamos embelesar por los frutos que nos podemos comer hoy sin interesarnos mucho si el árbol se hace más pequeño, o si se está muriendo, o lo que es peor, pocos pensamos en qué pasará cuando ese árbol ya no esté.

La Venezuela actual tiene un sistema económico fanáticamente caracterizado por la distribución del ingreso y de la riqueza, es un modelo distributivo que poco le interesa lo productivo. Poco a poco es menor el fruto a distribuir, poco a poco el árbol que tenemos se hace muy pequeño para los que vivimos en este país. Y ya no sólo dependemos de un solo árbol, sino dependemos de la fortuna de que ese árbol nos entregue más frutos de los que acostumbra.

Nuestro futuro tiene que ser signado por la siembra de muchos más árboles, y por supuesto que el fruto que estos vayan a dar sea justamente distribuido y ganado por los que hacemos vida en este país. En los próximos años tenemos que deslindarnos del modelo distributivo que nos ha dominado por décadas, y empezar a transitar por el camino de la producción y el esfuerzo, para que así podamos dejar morir en paz a ese árbol noble que nos permitió estar dónde estamos y que sin duda nos va a servir de apoyo para lograr esa transición. La cosa no es tan complicada, sólo debemos invertir la renta, no consumirla…

Henkel García

@HenkelGarcia