Nación. (Del lat. natĭo, -ōnis).

1. f. Conjunto de los habitantes de un país regido por el mismo gobierno.

2. f. Territorio de ese país.

3. f. Conjunto de personas de un mismo origen y que generalmente hablan un mismo idioma y tienen una tradición común.

Una de las principales preocupaciones que tengo acerca de nuestro maltrecho país, no es tanto en lo económico sino en la manera en la que nos relacionamos los ciudadanos. Desde hace tiempo estamos divididos en dos grandes grupos y las elecciones pasadas fueron una muestra de ello. Acá el problema no es que los venezolanos pensemos distinto, sino la visión que tenemos del que no piensa como nosotros, lo vemos como un enemigo.

Todos tenemos algo de culpa en el proceso que nos ha llevado al punto en el que nos encontramos. Si reflexionamos nuestras actuaciones y posiciones casi todos hemos sentido rabia, rencor, y resentimiento sobre la actuación de los líderes y seguidores del otro bando; esto es natural, es humano. Claro, la mayor parte de la culpa se la atribuyo a los diferentes líderes que en vez de distender la situación, en ocasiones la complicaban aún más para sacar provecho político.

Es tragicómico ver como una mitad del país piensa que la otra está equivocada, que una piensa que es la mitad buena y la otra la mala, que unos son patriotas y los otros no. Esa vaguedad en el discurso nos ha separado como nación, y de esa separación es mucho lo que hemos perdido y mucho más lo que perderemos si seguimos por ese camino.

Reconciliarnos y sanar las heridas no va a ser un proceso fácil, y como lo he mencionado en otros artículos la iniciativa tiene que partir de nosotros mismos. Acá viene la parte que para muchos será difícil de digerir: Para que lograr ese objetivo tendremos que hacer una especie de reinicio como nación. ¿Estamos listos para ver a las personas del otro bando como conciudadanos? ¿Estamos preparados para reconocer que en ambas partes hay personas que aman sinceramente a Venezuela? ¿Estamos dispuestos a perdonar ofensas que nos hemos dicho de lado y lado?

Es claro que para unos será más fácil que para otros, pero hay experiencias históricas parecidas o mucha más complejas a la nuestra que lo han logrado. La Europa de la postguerra, los chilenos post Pinochet, los mismos estadounidenses después del fin de la guerra civil, pudieron superar esos oscuros momentos para unirse como una nación fuerte y próspera. Es eso lo que quiero para Venezuela.

Eso sí, no debemos dejar en el olvido esta etapa que vivimos, no para que sea una fuente retroalimentadora de rencor y resentimiento, sino para que lo vivido nos sirva de una gran lección para que no nos separemos en el futuro.

Esa Venezuela de unión y reconciliación estará lejos si y sólo si cada uno de nosotros permite que así lo esté. ¿Estamos preparados para reiniciarnos como nación?

Henkel García

Analista e Instructor en Finanzas.

Presidente de Visión de Inversión

Director de @Econometrica

Maestría Administración, mención en Finanzas UNIMET

Twitter: @HenkelGarcia