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La última ganancia cambiaria

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2014 será el año de la última ganancia cambiaria y, así, el último de este gobierno. Quiero decir, puede que el control de cambio sobreviva más allá del fin del régimen, pero, ello será tan solo por unos pocos meses más.

De la misma forma que una lagartija deja su cola moviendo después de cortada, para distraer durante su huida y poder escapar con vida, los factores de poder político del actual régimen (gobierno-MUD) dejarán los residuos del control mientras se de su fuga. Aún así, el control cambiario no durará mucho más allá del primer trimestre de 2015. Tendrá que ser eliminado como condición necesaria para abatir la escasez.

A diferencia de otros países petroleros, en Venezuela, la fuente de rentabilidad de las empresas no se limita solo a su competitividad, eficiencia, poder de mercado o tecnología (i.e. a la ganancia comercial normal), ni a la extracción de la renta externa petrolera (i.e. la captación vía precios de la renta externa, específica a toda economía petrolera, inyectada por un fisco, que no solo no ahorra en las bonanzas, sino además se endeuda). En nuestro país, o al menos en la Venezuela de los últimos años con control cambiario, la mayor rentabilidad de las empresas también ha dependido fundamentalmente de la ganancia cambiaria (i.e. el acceso o no a dólares oficiales baratos para venderlos, hoy día, a 10 veces o más su valor, bajo la forma de bienes y servicios).

Precisamente, es a esta última forma de ganancia no normal, irregular e insostenible, asociada al control de cambio, que me refiero. Creo no equivocarme al sostener que, 2014 será el año de la última ganancia cambiaria, entendida tal y como arriba la defino. La razón es muy sencilla: se acabó la fiesta. El modelo político-económico implosionó. Definitivamente, el régimen ya no podrá establecer la libreta de racionamiento para el control total político, económico y social. Y, no habrá forma alguna de poder abatir la escasez y volver a la civilidad, sin restaurar el sistema de mercado (el sistema de precios), lo que necesariamente exige entre otras cosas levantar el control.

La revolución chavista (i.e. el régimen de control de cambio en plena bonanza petrolera) sirvió para enriquecer a pocos, no pudiendo reproducirse para la sociedad como un todo. Así, a diferencia de los seres vivos, que nacen, crecen, se reproducen y mueren, la revolución chavista, desde el punto de vista social, al no servir y haber hecho gran daño, tan solo nació y murió.

Ángel García Banchs

@garciabanchs

Director de @Econometrica