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La economía se queda sin energía

…El agravamiento de la crisis eléctrica en el país, que se traduce en racionamientos, neutraliza la capacidad de expansión del sector productivo tras más de dos años de contracción económica en Venezuela.

Desde 2009 en el país se han venido repitiendo fallas en el sistema eléctrico, muchas de ellas atribuidas a fenómenos naturales como El Niño, pero todas ligadas a problemas serios de planificación y supervisión para el mejoramiento de las áreas de generación y transmisión de la electricidad.

Las autoridades argumentan en la actualidad que el fenómeno climatológico El Niño, que reduce la frecuencia y los volúmenes de las lluvias incidiendo así en el caudal de ríos y embalses, ha mermado la capacidad de generación de electricidad. Ya en noviembre de 2015 Econométrica, en su informe Pulso Mensual, advertía sobre la recurrencia de El Niño y que “la economía podría recibir otro choque negativo” por esta causa. En Venezuela la fuente hídrica es el principal recurso para generar electricidad. De hecho, sostiene cerca de 70% de la potencia del sistema eléctrico nacional.

Desde el 10 de febrero se inició la aplicación formal de medidas de ahorro eléctrico forzado, que consisten en el corte del servicio a grandes consumidores (como centros comerciales y hoteles) durante horarios establecidos, a fin de descargar presión sobre el Sistema Eléctrico Nacional. Asimismo las oficinas de la Administración Pública comienzan a recortar sus horarios para demandar menos electricidad. Pero no son las únicas interrupciones eléctricas que se viven en el país.

De esto da cuenta la Encuesta Condiciones de Vida, con mediciones en 2014 y 2015, adelantada por las universidades Católica Andrés Bello, Central de Venezuela y Simón Bolívar. Allí se muestra que aunque existe el servicio eléctrico, las interrupciones y apagones afectan a 86,4% de los hogares del país, y en casi la mitad de los casos los cortes ocurren a diario o mínimo una vez a la semana.

En la encuesta de coyuntura a las empresas agremiadas a la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria), correspondiente al tercer trimestre del año 2015, 60% de los consultados afirmó que el racionamiento eléctrico ocupó el sexto lugar entre los factores que frenaron un aumento de la producción. “El riesgo de los cortes de luz no programados es que se pueden perder lotes de producción. En el sector alimentos, por ejemplo, si se está cocinando y se corta la luz la mezcla se daña, debe botarse. Eso trae costos muy altos, más en un momento en el que hay escasez de insumos”, ha señalado Juan Pablo Olalquiaga, presidente de Conindustria.

Esta situación viene a complicar todavía más la recuperación de la actividad productiva nacional, que suma resultados negativos en todo el año 2014 y los primeros tres trimestres de 2015 (hasta donde se dispone de cifras oficiales). La precariedad productiva ha llevado al Gobierno a diseñar mesas de trabajo multidisciplinarias para intentar definir acciones que permitan reactivar 14 motores o sectores de la economía nacional, pero la crisis eléctrica juega en contra de estas estrategias.

El racionamiento eléctrico iniciado en 2009 impactó negativamente en el desempeño de la economía en aquel momento. El Banco Central de Venezuela dejó el registro de esta situación en su mensaje de cierre de 2010: «Durante los primeros meses del año, el advenimiento de la crisis eléctrica, ocasionada por la prolongación del período de sequía, y la necesidad de aplicar un programa de racionamiento, limitaron la capacidad de expansión del sector productivo e incidieron en la fase contractiva iniciada en 2009».

Algo similar puede ocurrir en estos momentos, especialmente considerando que no hay margen de maniobra para comprar plantas eléctricas o algún otro sistema paliativo debido a la falta de disponibilidad de divisas que enfrenta el Estado por el desplome de los precios del petróleo.

Entre 1999 y 2013 el sector recibió inversiones por el orden de los 94 millardos de dólares.

En 2011 el Gobierno reconoció que era necesario invertir más de 34 millardos de dólares hasta 2015 para atender la demanda existente y la que se proyectaba para los próximos 10 años, es decir, hasta 2021.

Expertos eléctricos, organizados en el Grupo Ricardo Zuloaga, argumentan que aun cuando los recursos han circulado hacia el sector, la crisis eléctrica ha persistido debido a factores como el rezago prolongado en la incorporación de la nueva generación, fallas en el mantenimiento de la generación instalada, expansión descoordinada entre las áreas de transmisión y distribución, y el desarrollo de proyectos de generación que no han rendido los frutos esperados, entre otras cosas porque no se cuenta con los combustibles necesarios. Además de esto, se desconocen las cifras reales de operatividad del sector, lo que dificulta hacer un diagnóstico de la situación actual.

Unidad Periodística de Econométrica