¡Porque sólo anticipándote podrás triunfar. Porque sólo podrás anticiparte si tienes un plan!

El primer tiro

GN

En teoría debería escribir sobre las cifras de inflación. Se termina por confirmar lo que muchos habían anunciado hacía meses: la inflación este año superará el 40%. Yo creo que cerrará por encima de 50%. En esta ocasión prefiero escribir sobre otra tragedia, una mayor. La semana pasada un grupo de guardias nacionales asesinó por equivocación a una señora y su hija, además de dejar gravemente heridas a otras dos. Ocurrió así lo que muchos anticiparon: sacar a efectivos militares a realizar labores de orden público es irresponsable además de contraproducente. De poco vale la nota al pie de página del Ministro Rodríguez Torres diciendo que los efectivos no formaban parte del paripé Plan Patria Segura.

Cuando los militares salen de los cuarteles, algunos civiles nunca regresan a sus casas. Eso ha sido así toda la vida. En algunos casos salen para tumbar gobiernos, en otros salen por orden del gobierno. En cualquier caso, siempre hay alguien que no llega a cenar. Sacar los militares a la calle es una maniobra efectista, solo busca hacer creer que se está atacando el problema. El problema de seguridad pública en Venezuela no se soluciona sacando muchachos con armas largas a la calle. Es un problema muy complejo como para creer que con ideas simples, cuando no estúpidas, lo vamos a solucionar. Al gobierno solo le ha interesado el tema de la seguridad ciudadana cuando ha visto que puede hacer mella en su respaldo popular. Como en la mayoría de las políticas públicas que ensaya, son solo de cara a la galería. Una de las últimas, iniciada en este caso por la oposición, es la ley de desarme. Esta es una prueba de que la idiotez está uniformemente distribuida en el espectro político venezolano.

En la tragedia de Falcón hay unas victimas claras. La madre y sus hijas, además la familia que tendrá que lidiar con la pérdida y con las secuelas. Todo lo que se escriba será insuficiente para consolar. Hay sin embargo unas víctimas no tan claras. La primera reacción general es de condena y de deseo de represalia contra quienes dispararon. Nadie se ha puesto a pensar que el Gobierno les ha entregado armas largas a unos muchachos de entre 19 y 21 años y los ha sacado a la calle para una labor riesgosa sin preparación. Aparentemente perseguían a unos fugados de una cárcel y presumían portaban un arma larga. No es difícil imaginar la tensión que sentían los oficiales. De noche todos los gatos son pardos y este gato no solo les iba a arañar. En una situación como esa, se requiere que de un solo tiro, el primero, para iniciar un pandemónium. Ese primer error es el que desencadena la tragedia. No estoy por ser abogado de la GN, en especial cuando he tenido incontables incidentes con sus efectivos (cualquiera que viaje por Venezuela los tiene). De lo que estoy en contra es de la condena fácil y de que nos neguemos a apuntar el dedo donde tenemos que señalar. El responsable directo de esta desgracia es el Gobierno, que ante la gravedad de la situación solo ha adoptado medidas efectistas. Sin embargo, en última instancia la responsabilidad es de los civiles. Somos nosotros quienes hemos permitido que, ante un problema tan delicado, al gobierno únicamente nos ofrezca paños calientes. Somos los civiles los responsables de que nuestro Estado tenga militares con armas largas por todo el territorio nacional para brindarlos la ilusión de seguridad. La primitiva práctica de las alcabalas, es solo una de las manifestaciones de esta torpe política de Estado que siempre hemos tolerado. Como civiles no hemos exigido que los militares estén en los cuarteles y que la seguridad ciudadana esté a cargo de policías entrenadas para ese fin.

El problema de seguridad pública en Venezuela es sumamente complejo. Es un problema que lleva muchos años y que el gobierno actual solo ha agravado. Este gobierno es incapaz de solucionar el problema porque cree que lo va a solucionar únicamente reprimiendo e intimidando. No tenemos que ir muy lejos para encontrar soluciones. En varios países de América Latina se han dado progresos en materia de seguridad ciudadana. El caso más notorio es Colombia. Lo que tenemos es ver que políticas han funcionado y cuáles no. Hoy en día hay no solo criminólogos sino hasta economistas estudiando cosas relacionadas con el crimen. Existe una red en América Latina dedicada al estudio del crimen y políticas públicas (AL CAPONE). El Gobierno haría un mejor trabajo si en lugar de seguir dando palos de ciego en materia de seguridad ciudadana se dignase a acercarse a aquellos que pueden ofrecer alternativas. Los civiles nos haríamos un favor exigiéndole que lo haga y los militares también.

Francisco Ibarra Bravo

@franibar10