¡Porque sólo anticipándote podrás triunfar. Porque sólo podrás anticiparte si tienes un plan!

Comercio intrarregional

AduanaComercioInterregional

Hace algunos años algunos presidentes latinoamericanos celebraron el entierro del ALCA. Comandados por Brasil, algunos creyeron que lideraban cuando en realidad sólo eran borregos que servían a los intereses proteccionistas del mayor estado de la región. Esta postura se entendía en los socios del Brasil en el Mercosur que salvo Argentina, poco peso tienen a la hora de influenciar al gigante del sur.

En Venezuela el gobierno y sus allegados celebraron con bombo y platillo haberle dado un portazo en la cara al proyecto “imperialista” de los EE.UU. Creyeron que se habían anotado una victoria cuando en realidad la victoria se celebraba en portugués y un poco más al sur. Como era lógico suponer, luego intensificaron las tensiones dentro de la CAN cuando tanto Perú como Colombia continuaron con sus esfuerzos para lograr un tratado de libre comercio con los EE.UU. Estas tensiones desembocaron en la salida de Venezuela de la CAN en lo que pareció una pataleta de niño malcriado. Posteriormente su adhesión todavía no consolidada,  al MERCOSUR, lució más como un arrebato de despecho que como una política de Estado. Estas decisiones solo han sido una muestra más de lo profundamente visceral e impulsiva de nuestra política exterior, en este caso además influenciadas por el grupo dogmático que ha elaborado la política económica en estos últimos años.

La realidad es que el comercio que ha crecido con mayor fuerza en los últimos años y en gran medida apoyado en los acuerdos de libre comercio ha sido el comercio intrarregional. Pese a  haber crecido de forma importante, todavía el nivel de intercambio comercial en América Latina es bastante bajo comparado con lo que ocurre en Asia y Europa. Esto indica que todavía existe mucho potencial de crecimiento del comercio intrarregional. El comercio, desde siempre ha sido una importante fuente de crecimiento y bienestar económico. Incentivar el crecimiento del comercio entre los países de la región es una prioridad porque constituye uno de los pilares fundamentales para mejorar los niveles de eficiencia de nuestras economías, generar empleo, crecimiento económico y en última instancia bienestar.

Venezuela ha decidido darle la espalda al comercio con la región, no de manera frontal, sino empleando trabas, restricciones y el mayor mecanismo con el que cuenta el gobierno para distorsionar la economía como es el control de cambio. Mientras que las economías de Colombia y Perú han tenido un desempeño económico notable en los últimos años, incluida la pasada crisis financiera internacional, la economía Venezolana ha transitado un camino tortuoso. Hoy valdría la pena preguntarnos si fue adecuado tomar el camino que tomamos. Este gobierno no es dado a la reflexión, como aun menos lo son aquellos ideólogos que detrás de bambalinas estructuran la política económica. Esa gente confirma aquello de que llegado a un punto en la vida, algunos antes otros después, no importa con cuanta fuerza la realidad nos golpeé seguiremos afianzándonos a nuestras creencias. Eso siempre ha tenido un nombre: fe. Lamentablemente la fe es insuficiente como para estructurar una política económica coherente, sobretodo cuando se le tiene fe a las ideas trasnochadas del siglo XIX.

El comercio intrarregional debe ser una prioridad para Venezuela y en particular aquel con su socio más cercano que es Colombia. En estos días revisando las cifras, en el punto máximo el comercio binacional de bienes llegó a ser superior a USD 7.000 millones, hoy en día está alrededor de USD 2.000 millones. Estamos perdiendo una importante oportunidad despreciando el comercio como una importante fuente de crecimiento económico. Venezuela debe retomar su integración comercial con Colombia y también con el resto de los países de la CAN.

Francisco Ibarra Bravo

@franibar10