Aquella buena idea del fondo de estabilización
Jamás fui simpatizante de Rafael Caldera, creo que cometió muchos errores al final de su vida política y es posible que en gran medida estos errores enturbien un legado que en otras circunstancias tendría mayor brillo. Durante su segundo gobierno se vivieron duros momentos en la economía nacional, siendo el más destacable el colapso del sistema bancario nacional. Pese a ser un quinquenio tremendamente difícil, en el área económica hubo progresos notables. A título personal destaco tres: primero la creación del SENIAT, segundo la apertura petrolera y tercero la creación del Fondo de Inversión para la Estabilización Macroeconómica (FIEM), luego en el año 2003 pasó a ser Fondo de Estabilización Macroeconómica (FEM) lo que en realidad significó su acta de defunción.
El fondo fue originalmente concebido como un instrumento para suavizar el impacto del ciclo petrolero en la economía. Tenía reglas claras de acumulación y desacumulación de recursos, además estas reglas eran no discrecionales lo que permitía aislar este importante fondo del vaivén político nacional. Estaba cantado que un fondo de esta naturaleza era incompatible con el actual gobierno tan dado a siempre hacer lo que le place sin respetar institucionalidad alguna. El costo que vamos a terminar pagando los venezolanos por haber desmantelado el fondo de estabilización será significativo y es importante que en algún momento entendamos quienes son los verdaderos responsables a la hora de establecer las culpas.
Actualmente en el mundo existen alrededor de 5 billones de dólares en manos de fondos soberanos, muchos de ellos de concepción similar al FIEM. No sabemos cuanto de eso pertenezca a Venezuela si es que todavía conservamos algo de dinero en los tan cacareados fondos cuya transparencia es nula. Los fondos soberanos manejados de forma no discrecional han permitido a los países, no solo ganar estabilidad en sus economías, sino también hacerse con un importante ahorro nacional. En Venezuela, bajo el actual gobierno y con el aval del electorado, no solo se destruyó el sistema de estabilización sino que se profundizó la dependencia petrolera y se magnificó su ciclo mediante endeudamiento. Al final de varios años con precios petroleros récord nos encontramos con el país endeudado, su aparato industrial hecho un despojo y su industria petrolera hecha una miseria. Mucho de esto se podría haber evitado si el gobierno actual no hubiese desmantelado el FIEM.
El gobierno actual se dejará o le dejará a otros una economía tremendamente distorsionada, controlada y endeudada. Ayer el comandante Bolivita dijo que la economía crecería alrededor de 7% en los próximos años, alguien debería revisar bien la medicación que le suministran. De Rafael Caldera se pueden decir muchas cosas, yo puedo decir muchas cosas, lo que no se podrá negar es que al final de su último período de gobierno tomó verdaderas decisiones de Estado. La creación del FIEM fue una de ellas. Quizás el gran drama del Venezolano es que nunca ha sabido valorar lo que ha alcanzado. Venezuela vivió luego del 58 un período de crecimiento económico y de desarrollo social que nunca experimentó y que duró hasta finales de los 70. En gran medida las bases del desastre que vino después fueron cimentadas en el primer gobierno de Pérez. La democracia, tan denostada, cometió grandísimos errores pero también tuvo grandísimos logros que algunos han pretendido negar. Quizás el último legado de un sistema político de convivencia como nunca tuvimos, ni tenemos, fue el fondo de estabilización. También con esto el militarismo y la mediocridad terminó arrasando.
Francisco Ibarra Bravo
